Segunda clase de movimiento
creativo, nuevamente venimos con ropa suelta y una vez más prima nuestro
entusiasmo y nuestra hiperactividad.
Comenzamos con la misma dinámica
de la clase anterior, caminamos por toda la sala lentamente para tomar
conciencia y control sobre nuestro cuerpo y, por supuesto, para bajar las
revoluciones ya tan comunes.
Cuando ya estábamos un poco más
tranquilos comenzamos a hacer diferentes movimientos para soltar nuestro
cuerpo, sacudimos extremidades, jugábamos con distintos tipos de movimientos.
En esta clase tampoco debíamos hablar, pero para nuestra suerte y alivio si
podíamos reírnos, y que tortuoso habría sido si no hubiésemos podido, porque
las risas eran simplemente incontrolables. Además, hicimos “coreografías”
dirigidas por la profe Erna, con las manos, con los pies y en su conjunto, lo
cual también fue bastante chistoso.
Una vez hechas estas actividades
como “introductorias” que difícilmente fueron eso, porque tomaron bastante
tiempo y ya de por si creo que aportaron bastante, pero que de alguna forma hay
que llamarlas, pasamos a la segunda parte de la clase. Nos dividimos en 3
grupos; los que estaban medios damnificados por la vacuna que nos pusieron ese
día, los que iban a trabajar con máscara y mi grupo.
El tema era la improvisación, y
debo ser sincera, me dijeron eso y me dio un no se qué. Es que me cargan las
improvisaciones, me siento insegura y me da vergüenza, sobretodo si hay que
mostrarlo ante un público. Pero bueno, me convencí de participar igual y de la
mejor manera. La idea era que entraran dos personas bailando, quizás “narrar”
alguna historia con sus movimientos y en algún minuto se tenían que quedar
quietos como estatuas. Luego venían dos personas más y los revivía, haciendo
nuevamente algún tipo de orquestación, volvían a congelarse y así sucesivamente
hasta que estuviéramos todos bailando como un conjunto organizado y coordinado
y, sobretodo, conectado.
Después que cada grupo había
logrado más o menos organizar su trabajo, debíamos presentarlo ante el curso.
El primer grupo, el de las máscaras, represento la idea de que las máscaras
eran sus vidas, sus energías, y dentro de la presentación había un ser que daba
la vida o la quitaba, esto representado cuando esta persona les quitaba o les ponía
las mascaras. Luego nos toco presentar a nosotros y, al ser improvisado creo
que salió bastante bien. Por ultimo, nos acostamos en el suelo, comenzamos un
nuevo proceso de relajación como el que habíamos tenido la clase pasada. Esta
vez eso si, esta etapa fue asistida por el tercer grupo, que creo melodías para
que pudiéramos canalizar todo lo que habíamos hecho.
Una vez más llego a la conclusión
que la música tiene poderes mágicos, me relajo completamente, hasta el punto en
que casi me quede dormida y perdí, por un instante, la noción de tiempo y
espacio.
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